¡Hola a todos! Este es mi primer blog del año; y qué mejor que comenzar con todo el optimismo, creyendo que será un año en donde renace la esperanza. Estoy segura que será un año maravilloso, muy bello.
Precisamente, en esta ocasión quiero hablarles de belleza. Aquel concepto tan revalidado año tras año atraviesa, casi que un mágico momento en el que muchos se han dado cuenta que los estereotipos y ciertos estándares, casi que son cosa del pasado.
Hoy celebro esa maravillosa oportunidad en la que vemos un mundo que le apuesta a exaltar esa belleza natural, también llamada real. Lo que queda definido, es que esa percepción de belleza física está formada en los criterios de cada persona y que lo que realmente trasciende es esa belleza interior, capaz de sobresalir al exterior y que finalmente cautiva, atrapa, seduce, enamora, reconforta y es admirable.
Hemos crecido bajo diversos esquemas del mundo de la publicidad y muchas industrias, en donde han diseñado sus propios estándares en el tema. Por supuesto es válido la imagen de una mujer exuberante, con un cuerpo armonioso y una sonrisa perfecta; pero también resulta extraordinario aquella mujer del común, con una mirada tierna, una sonrisa calurosa y unas manos amorosas. Ambas, son hermosas.
Me encantan esas marcas que viven el desafío de conquistar todo tipo de bellezas, sin importar raza, edad, medidas, estratos o diferencias de ningún tipo. El mundo atraviesa una crisis que nos hizo caer en cuenta de lo real desde diferentes puntos de vista, además de apreciar y valorar lo que somos en esencia; y es esa belleza real por la que brindo en este momento. ¡Belleza real, somos todos y todas!